Unfolding
Mar del Plata, Argentina [2008]

Type: Magazine Essay
Status: Published
Author: Roberto Fernández
Title: Despliegues. Unfolding
Magazine Title: Equis (X) Nº 1, Experiments in Architecture and Design, Casas & Cosas (Houses & Things)
Publisher: Faculty of Architecture, Urbanism and Design (FAUD), National University of Mar del Plata, Buenos Aires Province, Argentina
Editor: Roberto Fernández
Year: 2008
ISBN: 1852-4095

Las 3 obras en la Costa del Rio de la Plata en Vicente López tienen secuelas de la formación en la oficina de Williams así como comportan un homenaje o citación a algunas de sus ideas, sobre todo el Monumento a Williams que implicó la restitución filológica de un artefacto efímero (el pabellón Bunge&Born) que duró el breve tiempo de una muestra en La Rural y que como otro trabajo temporal –el Pabellón de Barcelona, de Mies– requería y obtuvo su vuelta al estadio de realidad, si bien en este caso, reducido a una suerte de pieza muda, módulo estructural que alude a la escultoreidad que pensaba Williams de sus arquitecturas así como a su idea de fragmento que aspira a totalizaciones mediante el expediente de su repetición. Vekstein lo recrea minuciosamente pero reservándole un destino de forma in-útil, un aura de artisticidad, coartando la reproducción mecánica que le auguraba Williams.

Por otra parte y al contrario de su emplazamiento original, Vekstein quiere que este objeto sea visto desde lejos, que sea una especie de árbol artificial que interrumpe fugazmente la contundencia del paisaje plano. El Auditórium que allí se edifica resulta ser un objeto pensado para activar sin saturar la levedad de ese paisaje chato y sin atributos, una estructura mas bien abierta, una cubierta que aletea y que consigue evadirse eficazmente de la pesadez del material. Pero también resulta oportunidad de meditar sobre ambos referentes: la búsqueda de la inmaterialidad e intemporalidad en Williams, el desafío constructivo en las formas de espacialidad que pugnan por evitar la gravedad (y que a veces, experimentalmente, no lo logran) en Miralles.

El Paseo de la Costa es, siendo público y multiactoral en su desarrollo y uso, un proyecto que seguramente irá deslindando la noción básica de la concepción original con los múltiples e inciertos agregados que el tiempo le va confiriendo a un espacio que por otra parte, es de usos multitudinarios. Puede que le pase como a la dicotomía entre concepto de partido y realidad construida que hoy aqueja a La Villette, de Tschumi en París, otro proyecto que imponía una refundación de la idea de plaza-parque público urbano (des-naturalizado o re-culturalizado) que hoy paga el precio de su desgaste referido a una utilización masiva desde luego banalizada en la posibilidad de entender o potenciar aquellas ideas emergentes que aludían al fin del proyecto romántico y al inicio de un proyecto que en su hiper-modernidad, requería aleatoriedad y devenir lúdico.

La reflexión de Vekstein en la reorganización del borde costero de Vicente López acepta las condiciones de un paisaje originario minimalista en su armadura vegetal y la posibilidad de ser recorrido-usado en paralelo al rio, de manera que siempre fueran posibles las visuales perpendiculares a la abstracción plana e infinita de esa agua horizontal y oscura. Un tema que también le provocaba referencias proyectuales a Williams, autodesignado arquitecto moderno de pampa y rio (obviamente: no cualquier pampa ni cualquier rio). No querría abundar en el análisis funcional de piezas tan específicas como las dos arquitecturas para la salud pública que Vekstein acometió también para la Municipalidad de Vicente López, la mas grande afectada a los servicios de rehabilitación, la mas pequeña, a las emergencias. Sólo decir que las cualidades de accesos y circulaciones que desde el vamos definen o caracterizan ambas construcciones, funcionan como clave de puesta en marcha del proceso proyectual, en la idea de resolver unas fachadas que materialicen ciertos plegamientos necesarios para hacer que los edificios chupen eficazmente a sus usuarios tan particulares.

Y es así que el motivo del pliegue en la organización de fachadas necesariamente rígidas (acorde a la materialidad sin casi mantenimiento que debe i-razonablemente esperarse en un edificio público) se convierte en leit motiv, no sólo del plano público de los edificios sino también de la espacialidad de los mismos, curiosamente mucho mas rica que la presunta inevitable organización de tipo celular que podría o debería esperarse de esta clase de edificio. Y ahí se advierte nuevamente la capacidad de interpretar lecciones de Williams (en los edificios que identifica alzados y cortes o en los que no tienen alzados, como la planta Iggam) y de Miralles (en el Parlamento Escocés, en el cuál el telón de la fachada no sólo admite reelaborar motivos simbólicos en la geometría de las horadaciones sino que también esas piezas horizontales se van replicando virtualmente en la construcción tridimensional de los interiores).

Las intervenciones en el Museo de la Cárcova, sin perder de vista su potente capacidad de ofrecer estilemas intemporales –en este edificio es difícil fechar estas intervenciones, incluso debido al aura de obra in progress o situada en desgastes decadentes – parecen saltarse evocaciones o alusiones al tándem magisterio de Williams-Miralles y remitir directamente a nuestro moderno atípico arriba evocado: está claro que la línea genealógica de estos trabajos evoca a Scarpa, al Scarpa de intervenciones semejantes –como la de la Escuela de Arquitectura de Venecia o las referidas a su gusto por montar muestras, de lo cuál el Castelvechio de Verona ofrece la suerte de cierta permanencia-. La densidad de talladuras en el espesor profundo de la puerta del museo, su geometrismo que sin embargo se niega al rigor de una pura abstracción (parece mas próximo a una pieza artesanal o al constructivismo de Torres García y de Xul) y el afán de proponer trascender la mera funcionalidad de una pieza arquitectónica son todas referencias a este situarse en un costado del rigor moderno, proceso que va por la vía de trascender al Williams canónico y elaborar el Miralles desmaterializador. Pero con un tipo de escritura proyectual que refuerza su locus de porteñidad, en todo caso, una manera difícil de modernidad situada.